top of page

Traumatismo testicular

MANUAL DE MEDICINA DE EMERGENCIAS 2025



El traumatismo testicular es una condición urológica aguda que requiere una evaluación y manejo rápido para prevenir complicaciones graves. Representa la tercera causa más común de dolor escrotal agudo y puede resultar en daño permanente al testículo si no se trata oportunamente[8]. Este artículo revisa los aspectos clínicos clave del traumatismo testicular, incluyendo síntomas, signos, evaluación diagnóstica y manejo de emergencia.


Síntomas


Los síntomas del traumatismo testicular suelen ser agudos y evidentes. Los pacientes específicos presentan:


  • Dolor testicular intenso y repentino[1][3]

  • Hinchazón escrotal[1][3]

  • Náuseas y vómitos[1][5]

  • Dolor abdominal o inguinal irradiado[9]


En algunos casos, el dolor puede ser gradual y exacerbarse con actividad física o relaciones sexuales[9]. Es importante destacar que la ausencia de dolor intenso no descarta un traumatismo significativo.


Signos clínicos


La exploración física revela hallazgos característicos:


  • Edema e induración del escroto[1]

  • Equimosis escrotal[3]

  • Testículo doloroso a la palpación y posiblemente elevado[1]

  • Consistencia testicular disminuida[3]

  • Reflejo cremastérico ausente en el lado afectado[1]

  • Posible hematocele (masa dolorosa palpable)[5]


En casos severos, puede observarse una deformidad escrotal evidente o signos de penetración que sugieran compromiso testicular directo[5].


Exploración


La evaluación del traumatismo testicular debe ser metódica:


  1. Inspección visual del escroto buscando asimetrías, equimosis o laceraciones[5]

  2. Palpación cuidadosa de ambos testículos, epidídimos y cordones espermáticos[5]

  3. Evaluación del reflejo cremastérico[1]

  4. Transiluminación escrotal para detectar hematocele[6]

  5. Examen abdominal e inguinal para descartar lesiones asociadas[9]


Es importante notar que el examen físico puede ser limitado por el dolor e inflamación del paciente[5].


Pruebas diagnósticas


Aunque el diagnóstico es principalmente clínico, las pruebas complementarias son fundamentales:


  1. Ecografía Doppler escrotal: Es la modalidad de elección, permite evaluar la integridad de la túnica albugínea, detectar hematomas y valorar la perfusión testicular[8][6]

  2. Análisis de orina: Para descartar infección urinaria asociada[5][10]

  3. Hemograma y pruebas de coagulación: En casos de traumatismo severo[5]

  4. Resonancia magnética: Puede considerarse en casos dudosos[5]

  5. Uretrografía retrógrada: Si se sospecha lesión uretral concomitante[5]


Manejo de emergencias


El manejo del traumatismo testicular depende de la gravedad:


  1. Estabilización inicial: Control del dolor y medidas antieméticas[1]

  2. Evaluación rápida con ecografía Doppler[8]

  3. En casos de rotura testicular confirmada o sospechada: Exploración quirúrgica urgente y reparación dentro de las primeras 72 horas[4][6]

  4. Tratamiento conservador: Para contusiones leves sin evidencia de rotura, incluyendo reposo, elevación escrotal y analgesia[6]

  5. Seguimiento ecológico: En casos manejados conservadoramente hasta resolución completa de las lesiones[8]


Es crucial recordar que la demora en el tratamiento quirúrgico puede resultar en pérdida testicular, por lo que ante la duda, la exploración quirúrgica temprana es preferible[4]. El traumatismo testicular es una emergencia urológica que requiere un alto índice de sospecha y una evaluación rápida.


La ecografía Doppler es la herramienta de diagnóstico de elección, pero no debe retrasar el tratamiento quirúrgico cuando esté clínicamente indicado. Un manejo oportuno y adecuado es esencial para preservar la función testicular y prevenir complicaciones a largo plazo.


Citas


 
 
 

Comments


bottom of page