MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de Neuroma de Morton
El neuroma de Morton se maneja principalmente a través de medidas conservadoras y, en casos más graves, mediante intervenciones especializadas. El objetivo es aliviar la compresión del nervio y reducir los síntomas.
Medidas conservadoras iniciales:
Modificación del calzado: Es fundamental evitar los zapatos con tacones altos, suela delgada o punta estrecha, ya que aumentan la presión en el antepié. Se recomienda usar calzado con amplio espacio para los dedos y buena amortiguación para reducir la compresión del nervio.
Almohadillas metatarsales: Las almohadillas colocadas detrás de las cabezas metatarsales pueden redistribuir la presión en el pie, reduciendo la irritación del nervio. Estas almohadillas están disponibles sin receta.
Limitación de actividades: Se recomienda reducir las actividades que causen impacto repetitivo, como correr, saltar o deportes de alto impacto, que pueden empeorar los síntomas.
Analgésicos: Se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como el ibuprofeno para reducir el dolor y la inflamación.
Masajes y descanso: El masaje en los pies y la eliminación temporal del calzado pueden proporcionar alivio a corto plazo, especialmente durante las fases tempranas del trastorno.
Tratamientos especializados:
Si los síntomas persisten después de 3 meses de uso de almohadillas y modificación del calzado, se recomienda la referencia a un ortesista para un dome metatarsal (una ortesis que redistribuye la presión en el pie).
Si el tratamiento con ortesis no es efectivo, o no está disponible, se puede derivar a un especialista, como un cirujano ortopédico con experiencia en el pie, un podiatra o una clínica musculoesquelética para tratamientos más avanzados, que incluyen:
Inyecciones de corticosteroides: Son efectivas en aproximadamente el 30-50% de los casos, proporcionando alivio temporal que puede durar hasta 12 meses. Las inyecciones pueden repetirse, pero con moderación debido a los posibles efectos secundarios como la atrofia de la almohadilla plantar o la decoloración de la piel.
Inyecciones de alcohol: Se utilizan en algunos casos, con una tasa de éxito de 25-84%, aunque los resultados a largo plazo no son consistentes y algunos pacientes requieren cirugía.
Cirugía: Si los tratamientos conservadores y las inyecciones fracasan, se puede realizar una neurectomía (extirpación del nervio afectado) o la liberación del ligamento transverso que comprime el nervio. La cirugía tiene una tasa de éxito del 85-90%, pero también existe un riesgo de complicaciones postoperatorias, como dolor persistente o neuromas recurrentes.
Cuidados posteriores:
Después de la cirugía o el tratamiento especializado, se recomienda una rehabilitación adecuada para recuperar la función del pie y evitar una recurrencia de los síntomas. También es crucial continuar utilizando calzado adecuado y evitar actividades que sobrecarguen el antepié.
Diagnóstico
El diagnóstico del neuroma de Morton se basa principalmente en los síntomas clínicos y la exploración física, aunque en algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales.
Síntomas clínicos:
Dolor en el antepié: El síntoma más común es el dolor en el tercer espacio intermetatarsiano, que se describe como un dolor punzante, ardiente o tipo descarga eléctrica.
Sensación de bulto: Los pacientes a menudo describen la sensación de tener una piedra o bulto en la planta del pie al caminar.
Empeoramiento con el calzado: El dolor se agrava al caminar con zapatos ajustados o tacones altos y mejora cuando se quita el calzado o se masajean los pies.
Dolor intermitente: Los episodios de dolor pueden durar de minutos a horas, con intervalos de semanas o meses entre ellos. En casos crónicos, el dolor puede ser constante.
Examen físico:
Palpación: Se realiza presión sobre el espacio intermetatarsiano afectado, lo que reproduce el dolor. A menudo se busca el signo de Mulder, que consiste en presionar los metatarsianos para provocar un clic o sensación palpable al comprimir el nervio.
Evaluación neurológica: En algunos casos, puede haber pérdida de sensibilidad en los dedos afectados, lo que indica daño nervioso.
Observación de la marcha: Se evalúa la forma en que el paciente camina, prestando atención a los puntos de apoyo en el pie y si hay sobrecarga en alguna zona.
Pruebas adicionales:
En casos de duda, se puede solicitar una radiografía para descartar fracturas o artritis, o un ultrasonido o resonancia magnética para confirmar la presencia del neuroma y su localización exacta.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial del neuroma de Morton incluye diversas afecciones que pueden presentar síntomas similares:
Problemas biomecánicos:
Deformidades del pie, como hallux valgus (juanetes) o dedos en martillo.
Presión excesiva en el antepié debido a anomalías estructurales como pies cavos o inestabilidad articular.
Problemas de tejidos blandos:
Callosidades plantares.
Fibromatosis plantar o atrofia de la almohadilla grasa.
Bursitis o ganglios sinoviales.
Problemas óseos y articulares:
Fracturas por estrés en los metatarsianos.
Artritis reumatoide o osteoartritis.
Enfermedad de Freiberg, una necrosis de la cabeza metatarsiana que causa dolor en el área metatarsiana.
Definición
El neuroma de Morton es una neuropatía por compresión del nervio plantar común, que afecta principalmente el tercer espacio intermetatarsiano. Aunque se denomina “neuroma”, no es un verdadero neuroma, ya que no implica una proliferación neoplásica. En su lugar, es un engrosamiento fibroso benigno del nervio, resultado de irritación crónica y compresión.
El engrosamiento del nervio causa dolor y otros síntomas neurológicos en la región plantar del antepié. El neuroma de Morton es más común en mujeres que en hombres y afecta principalmente a personas de entre 50 y 55 años. La condición puede estar relacionada con el uso de calzado ajustado, actividades de alto impacto y anomalías biomecánicas del pie, como pies cavos o deformidades de los dedos.
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