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Luxaciones de Rodilla

Actualizado: 16 sept 2024

MANUAL MINORS



La luxación de rodilla es una lesión grave y rara que ocurre cuando los huesos que forman la articulación de la rodilla (fémur, tibia y, en algunos casos, la rótula) se desplazan completamente fuera de su posición normal.


Este tipo de luxación generalmente ocurre por traumatismos de alta energía, como accidentes de tráfico o caídas desde altura, y suele estar asociada con lesiones graves en ligamentos, nervios y vasos sanguíneos, especialmente la arteria poplítea. Las luxaciones de rodilla son emergencias médicas debido al riesgo de daño vascular y neurológico.


Diagnóstico


El diagnóstico de una luxación de rodilla es clínico, basado en la presencia de deformidad evidente, dolor intenso y una incapacidad total para mover la pierna afectada. Puede haber cambios en la coloración o sensación de frialdad si hay compromiso vascular.


Debido a que la luxación puede reducirse espontáneamente, es esencial evaluar siempre la circulación (pulsos distales) y la función nerviosa. Las radiografías confirman la luxación y también identifican fracturas asociadas. Además, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden ser necesarias para evaluar el estado de los ligamentos y descartar otras lesiones.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferenciación clave

Lesión de ligamento cruzado anterior (LCA)

Inestabilidad anterior sin desplazamiento completo de los huesos articulares

Lesión de meniscos

Dolor y bloqueo articular sin deformidad evidente ni desplazamiento óseo

Fractura supracondílea

Afecta el fémur distal, sin pérdida de congruencia articular completa

Fractura de meseta tibial

Fractura de la tibia proximal, sin luxación visible en imágenes

Luxación de rótula

Desplazamiento lateral de la rótula, sin pérdida de congruencia entre el fémur y la tibia

Manejo en Emergencias


La luxación de rodilla es una emergencia ortopédica. El manejo inicial incluye:


  • Reducción urgente: Debe realizarse lo antes posible para minimizar el riesgo de daño neurovascular. La reducción cerrada se realiza bajo sedación o anestesia. Se tracciona y realinea la pierna, restaurando la congruencia articular.


  • Evaluación vascular: Se debe realizar una evaluación exhaustiva de la circulación, incluyendo palpación de los pulsos distales y, si es necesario, un Doppler o arteriografía para descartar lesiones de la arteria poplítea, que puede estar comprometida en hasta el 50% de los casos.


  • Inmovilización: Después de la reducción, se inmoviliza la rodilla con una férula o yeso largo mientras se organizan estudios adicionales para evaluar las lesiones de los ligamentos.


  • Analgesia y estabilización: Se administran analgésicos (AINEs u opioides) para el manejo del dolor.


En caso de compromiso vascular o nervioso, el paciente puede necesitar una intervención quirúrgica de urgencia para reparar los vasos sanguíneos o descomprimir los nervios.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende del estado de los ligamentos, cartílago y huesos tras la reducción de la luxación:


  • Manejo quirúrgico: En la mayoría de los casos, se requiere cirugía para reparar los ligamentos cruzados y colaterales, ya que la luxación de rodilla generalmente implica una lesión múltiple de ligamentos. Este procedimiento suele realizarse tras estabilizar al paciente, y puede implicar reconstrucción de ligamentos con injertos.


  • Reconstrucción vascular: Si se confirma una lesión vascular (arteria poplítea), es necesaria una reparación vascular de urgencia para restaurar el flujo sanguíneo a la extremidad afectada y evitar una posible amputación.


  • Fisioterapia: Posterior a la cirugía, la rehabilitación es crucial para restaurar el rango de movimiento, la estabilidad y la fuerza muscular de la rodilla. La rehabilitación puede durar varios meses y la progresión dependerá de la gravedad de la lesión y el tipo de reparación.


Rehabilitación


El proceso de rehabilitación es prolongado e incluye fisioterapia intensiva para recuperar la movilidad y fuerza de la rodilla. Al principio, la rodilla puede estar inmovilizada, y la carga de peso puede restringirse por un período que varía entre 6 y 12 semanas, dependiendo de la severidad de la lesión y la cirugía realizada.


Los ejercicios de fortalecimiento y de rango de movimiento gradual son esenciales para evitar complicaciones como la rigidez articular o la pérdida funcional.


El seguimiento regular es esencial para monitorizar la estabilidad de la rodilla y detectar complicaciones como la artrosis postraumática o inestabilidad crónica de la articulación.

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