MANUAL MINORS
La luxación de rodilla es una lesión grave y rara que ocurre cuando los huesos que forman la articulación de la rodilla (fémur, tibia y, en algunos casos, la rótula) se desplazan completamente fuera de su posición normal.
Este tipo de luxación generalmente ocurre por traumatismos de alta energía, como accidentes de tráfico o caídas desde altura, y suele estar asociada con lesiones graves en ligamentos, nervios y vasos sanguíneos, especialmente la arteria poplítea. Las luxaciones de rodilla son emergencias médicas debido al riesgo de daño vascular y neurológico.
Diagnóstico
El diagnóstico de una luxación de rodilla es clínico, basado en la presencia de deformidad evidente, dolor intenso y una incapacidad total para mover la pierna afectada. Puede haber cambios en la coloración o sensación de frialdad si hay compromiso vascular.
Debido a que la luxación puede reducirse espontáneamente, es esencial evaluar siempre la circulación (pulsos distales) y la función nerviosa. Las radiografías confirman la luxación y también identifican fracturas asociadas. Además, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden ser necesarias para evaluar el estado de los ligamentos y descartar otras lesiones.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Lesión de ligamento cruzado anterior (LCA) | Inestabilidad anterior sin desplazamiento completo de los huesos articulares |
Lesión de meniscos | Dolor y bloqueo articular sin deformidad evidente ni desplazamiento óseo |
Fractura supracondílea | Afecta el fémur distal, sin pérdida de congruencia articular completa |
Fractura de meseta tibial | Fractura de la tibia proximal, sin luxación visible en imágenes |
Luxación de rótula | Desplazamiento lateral de la rótula, sin pérdida de congruencia entre el fémur y la tibia |
Manejo en Emergencias
La luxación de rodilla es una emergencia ortopédica. El manejo inicial incluye:
Reducción urgente: Debe realizarse lo antes posible para minimizar el riesgo de daño neurovascular. La reducción cerrada se realiza bajo sedación o anestesia. Se tracciona y realinea la pierna, restaurando la congruencia articular.
Evaluación vascular: Se debe realizar una evaluación exhaustiva de la circulación, incluyendo palpación de los pulsos distales y, si es necesario, un Doppler o arteriografía para descartar lesiones de la arteria poplítea, que puede estar comprometida en hasta el 50% de los casos.
Inmovilización: Después de la reducción, se inmoviliza la rodilla con una férula o yeso largo mientras se organizan estudios adicionales para evaluar las lesiones de los ligamentos.
Analgesia y estabilización: Se administran analgésicos (AINEs u opioides) para el manejo del dolor.
En caso de compromiso vascular o nervioso, el paciente puede necesitar una intervención quirúrgica de urgencia para reparar los vasos sanguíneos o descomprimir los nervios.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende del estado de los ligamentos, cartílago y huesos tras la reducción de la luxación:
Manejo quirúrgico: En la mayoría de los casos, se requiere cirugía para reparar los ligamentos cruzados y colaterales, ya que la luxación de rodilla generalmente implica una lesión múltiple de ligamentos. Este procedimiento suele realizarse tras estabilizar al paciente, y puede implicar reconstrucción de ligamentos con injertos.
Reconstrucción vascular: Si se confirma una lesión vascular (arteria poplítea), es necesaria una reparación vascular de urgencia para restaurar el flujo sanguíneo a la extremidad afectada y evitar una posible amputación.
Fisioterapia: Posterior a la cirugía, la rehabilitación es crucial para restaurar el rango de movimiento, la estabilidad y la fuerza muscular de la rodilla. La rehabilitación puede durar varios meses y la progresión dependerá de la gravedad de la lesión y el tipo de reparación.
Rehabilitación
El proceso de rehabilitación es prolongado e incluye fisioterapia intensiva para recuperar la movilidad y fuerza de la rodilla. Al principio, la rodilla puede estar inmovilizada, y la carga de peso puede restringirse por un período que varía entre 6 y 12 semanas, dependiendo de la severidad de la lesión y la cirugía realizada.
Los ejercicios de fortalecimiento y de rango de movimiento gradual son esenciales para evitar complicaciones como la rigidez articular o la pérdida funcional.
El seguimiento regular es esencial para monitorizar la estabilidad de la rodilla y detectar complicaciones como la artrosis postraumática o inestabilidad crónica de la articulación.
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