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Epistaxis

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La epistaxis, comúnmente conocida como hemorragia nasal, es un signo clínico frecuente que puede afectar tanto a niños como a adultos. Se define como la pérdida de sangre proveniente de los vasos de las fosas nasales[1]. Aunque generalmente es un proceso benigno y autolimitado, en ocasiones puede ser grave y requerir atención médica urgente.


Síntomas


Los principales síntomas de la epistaxis incluyen:


  • Sangrado por uno o ambos orificios nasales[2]

  • Sensación de líquido bajando por la garganta

  • Náuseas o vómitos con sangre (por deglución de la misma)[5]

  • Debilidad, mareos o desmayos en casos de sangrado abundante[9]


Signos clínicos


Durante la evaluación clínica, se pueden observar los siguientes signos:


  • Sangre activa saliendo por las fosas nasales

  • Coágulos en las fosas nasales o faringe

  • Palidez cutáneo-mucosa en casos graves[5]

  • Taquicardia e hipotensión si hay pérdida significativa de sangre[5]


Exploración


La exploración del paciente con epistaxis debe incluir:


  • Rinoscopia anterior con espéculo nasal y buena iluminación[1]

  • Evaluación del área de Kiesselbach (zona anterior del tabique nasal)[3]

  • Examen de la orofaringe para detectar sangrado posterior[5]

  • Endoscopia nasal en casos de sangrado no visible en la rinoscopia anterior[5]


Pruebas diagnósticas


Aunque el diagnóstico de epistaxis es principalmente clínico, en ciertos casos pueden ser necesarias las siguientes pruebas:


  • Hemograma completo y pruebas de coagulación (en casos de sangrado grave o recurrente)[5]

  • Tomografía computarizada si se sospecha tumor, cuerpo extraño o sinusitis[5]

  • Arteriografía en casos de epistaxis posterior grave o sospecha de malformaciones vasculares[1]


Manejo en Emergencias


El manejo inicial de la epistaxis en el servicio de urgencias incluye:


  1. Evaluación del estado hemodinámico del paciente[5]

  2. Compresión digital de las alas nasales durante 10-15 minutos[9]

  3. Colocación del paciente en posición sentada con ligera inclinación hacia adelante[7]

  4. Aplicación de compresas frías en el dorso nasal y cuello[7]

  5. Si el sangrado persiste, taponamiento anterior con materiales hemostáticos o vasocontrictores[10]

  6. En casos de epistaxis posterior o sangrado incontrolable, considerar taponamiento posterior o derivación a otorrinolaringología[10]


Es importante destacar que la mayoría de los episodios de epistaxis son autolimitados y pueden manejarse con medidas simples. Sin embargo, en casos de sangrado persistente, recurrente o asociado a signos de alarma, se debe realizar una evaluación más exhaustiva y considerar causas subyacentes como hipertensión arterial, trastornos de la coagulación o tumores nasales[3][10].


El manejo adecuado de la epistaxis en el servicio de urgencias requiere un enfoque sistemático, desde la evaluación inicial hasta el tratamiento definitivo, teniendo en cuenta la posibilidad de complicaciones graves en ciertos grupos de pacientes.


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